miércoles, 23 de enero de 2013

Agro andino, entre incertidumbres y expectativas

El diagnóstico está hecho. Los países andinos tienen cómo jugar un papel protagónico en la satisfacción de la demanda alimenticia que necesita el mundo en el largo plazo. El asunto es si hacen 'la tarea' para que ello se cumpla.

Resulta pertinente analizar en conjunto a Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela, por la tradición de integración que tienen los cinco países por su historia, su geografía y su cultura; aunque cada uno asuma retos domésticos y avance a ritmos distintos. A las situaciones que enfrenta cada mercado, se suma el impacto de esa turbulencia internacional que ha sido noticia todo el año y que, por fortuna, no ha pegado tan duro en nuestros países. Sin embargo, el año se cierra y la región puede decir que salió airosa, gracias a que los indicadores de las economías gozan de buena salud. La recomendación para la región de parte de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) es de cautela para el año que viene porque las dificultades, especialmente en Europa, están lejos de superarse. De todas maneras, con el paso de los meses las previsiones de crecimiento han cedido. Por ejemplo, Colombia registró el año pasado un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) de 5,9 ciento y recientemente bajó su estimativo a 4,3 por ciento. Para el 2013, su previsión es del 4,4 por ciento. Los peruanos, verán cómo el crecimiento de su próspera economía pasará del 6,9 en el 2011 a un 6 por ciento este año y al 5,8 por ciento el 2013



Estos datos acerca del comportamiento general de las economías, con tendencia al descenso moderado, pueden dar luces sobre una posible disminución también en la actividad agrícola al cierre del presente año.Varias son las particularidades de la agricultura de cada país, así que procuraré plantear algunos elementos que en este año fueron importantes en el camino de construir una oferta agropecuaria atractiva. Los hermanos venezolanos enfrentaron este año un crecimiento de las importaciones de alimentos -se dice que del 70 por ciento del consumo nacional llega de otros países con aranceles-. Esto, ha generado una baja producción agrícola.

Ese panorama concuerda con razón, con la queja quepresentó hace unos meses en Quito el dirigente Ramón Elías Bolotín, presidente de la Asociación de Productores Independientes (PAI) y director de Oleaginosas de Fedeagro,en el sentido de que la política oficial mantuvo su interés en la actividad petrolera y se olvidó del campo. No hay que olvidar que los venezolanos también enfrentan una alta inflación en los alimentos, factor que no jugó a favor. En contraste, los ecuatorianos se dedicaron el 2012 a ejecutar una política encaminada al apoyo de las exportaciones de su oferta agrícola con valor agregado y a unas importaciones enfocadas a los productos que el país no cultiva.

Da la impresión de que la estrategia está muy encaminada a dejar la dependencia de las flores y el banano. De hecho, la decisión de abastecer poco a poco al país con biodiesel se convierte en una oportunidad paraque el cultivo de la palma gane preponderancia. La meta
es que Ecuador comience a incorporar este tipo de combustibles, con mezclas determinadas, desde mayo del año que viene.



En Colombia, debates sobre la suerte de la empresarización del campo en una zona como la de la Orinoquía y la restitución de tierras a personas que fueron despojadas por actores violentos, han ocupado la agenda del Ministerio de Agricultura y los gremios de la producción. Este año, el inicio del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos generó mucha expectativa pero, poco se puede decir sobre sus primeros efectos para un sector agropecuario que se siente vulnerable ante las importaciones que se anuncian.

El otro punto que en los últimos meses ha sido motivo de debate, sin ninguna perspectiva de que se despeje en el corto plazo, es el resultado de las negociaciones que el Gobierno del presidente Santos adelanta con la guerrilla que por décadas ha frenado el progreso del campo colombiano. La expectativa es grande, dado que el primer punto de las negociaciones que se cumplen en Cuba es el relacionado con la política de tierras.

Otra es la radiografía en Bolivia. Allí, donde la agricultura es tan representativa y con un sentido nacionalista, un asunto de primer orden es el paso que da para negociar su entrada a Mercosur, por invitación de Brasil y Argentina. El presidente Morales ha dicho que la idea es que no se inunde el mercado de productos de estos dos fuertes actores del comercio de la región. Ya veremos más adelante los resultados de las negociaciones que arrancaron en Brasilia, pero desde ya se puede vaticinar que alguna apertura comercial tendrá que ofrecer Bolivia.

Finalmente, en Perú donde los últimos años la exportación agrícola y el trabajo de productividad han sido cruciales para sus buenos resultados, las autoridades tratan de prepararse para lo que pueda venir a futuro. Ya anunciaron un plan de seguridad alimentaria y nutricional que incremente la producción y promueva el consumo interno de sus productos al 2021. El reto inmediato de estos países será mejorar en producción y exportación. Pero no todo está en sus manos porque en el 2013 la crisis económica global tendrá un nuevo capítulo.

Fuente: Croplife

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