lunes, 4 de octubre de 2010

La palmicultura: un sector con visión 2020


A paso lento, pero seguro, este es uno de los sectores más organizados de la economía agraria del país; tanto, que le permitió trazar sus metas a mediano plazo.

"Durante 1999 y 2000, el sector de la palmicultura colombiana definió su visión de futuro 2020, y para hacerla realidad, el sector debe realizar acciones colectivas y empresariales, mientras que al Estado le corresponde ejecutar eficazmente sus acciones", dice un documento que sobre el tema elaboró la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma).

Para lograrla, se trazó una meta ambiciosa, cuyos principales elementos son:

* Multiplicar siete veces la producción, pasando de 500.000 toneladas en 1999 a cerca de 3,5 millones en el 2020.

* Incrementar la productividad por hectárea de 3,9 toneladas de aceite en 1999 a 5,5 toneladas en el 2020.

* Crecer el área sembrada de 170.000 hectáreas en el año 2000 a 743.000 en el 2020, con una tasa de crecimiento del 8 por ciento anual, teniendo en cuenta que en Colombia hay 3,5 millones de hectáreas de tierras aptas para el cultivo de la palma de aceite.

* Crecer en exportaciones de aceite de palma, pasando del 24 por ciento de la producción nacional en 2001 al 78 por ciento en el 2020.

Ahora, lo anterior está definido en el desarrollo de la actividad palmera en un entorno socioeconómico de paz y progreso. A su vez, el negocio de la producción de aceite de palma lo considera como rentable, competitivo y a gran escala, orientado a atender mercados objetivo, tanto en Colombia como en el exterior; en este último, participa con el 9 por ciento de la oferta mundial de aceite de palma.

Por último -dice el gremio palmero- a este sector 'lo sienten como suyo' los colombianos, por su significativa participación en la generación de empleo, su estrecha vinculación con el desarrollo de las comunidades y su aporte al bienestar y a la convivencia.

El riesgo que se corre es la sanidad de los cultivos

Pese al optimismo del sector palmero por su desarrollo futuro, sólo queda por hacer una tarea adicional: velar por la sanidad de los cultivos, pues esta es definitiva para la producción, la productividad y la rentabilidad.

En general, lo que menos se quiere es que se repita lo sucedido en la zona de Tumaco, donde 30.000 hectáreas fueron afectadas por la enfermedad llamada Pudrición de Cogollo (PC). Las pérdidas en cuatro años suman 101.596 millones de pesos, valor que corresponde al dinero que dejaron de recibir los productores.

Por ahora, la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), ha puesto en marcha el llamado Plan nacional de manejo de la Pudrición del Cogollo (PC), con el que pretende articular a las entidades públicas encargadas del tema, a los palmeros y al gremio que los representa.

También busca, unificar las recomendaciones de manejo de la enfermedad y hacer seguimiento y verificación para que las recomendaciones dadas se hagan de forma adecuada. El resto de las zonas palmeras del país se mantiene alerta para prevenir la llegada de la PC.

90 por ciento del área sembrada con palma en la zona de Tumaco fue afectada por PC.


Tomado de: http://www.portafolio.com.co/Especiales/tendencias-economicas-2020/sectores-economicos/la-palmicultura-un-sector-con-vision-2020_8021100-3

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